Día mundial sin auto, por una movilidad sostenible
Un poco de historia
A partir de la crisis petrolera de 1973 comienzan a aparecer las primeras ideas para desincentivar el uso del automóvil y promover medios de transporte más eficientes. En el año 2000 se constituye como una iniciativa europea por la Comisión Europea. El mismo año se toma como día mundial y se implementa en Europa extendiéndose las actividades por una semana: “Semana de la movilidad”.[1]
Bogotá y Medellín son las ciudades que tienen la mayor celebración del Día Mundial Sin Automóvil del mundo, estableciéndose a través de un referéndum la prohibición de circular por la ciudad de cualquier automóvil particular.
El Día Mundial Sin Auto en el Perú
En el Perú, el Día Mundial Sin Automóvil viene siendo impulsado por diversas instituciones, municipios, organizaciones y colectivos desde hace varios años y va cobrando mayor fuerza cada año. El Ministerio del Ambiente ha incorporado en su calendario ambiental el Día Mundial Sin Automóvil que se celebra el 22 de setiembre.
Asimismo algunos municipios tanto en Lima como en otras ciudades del país, organizan bicicleteadas o caminatas en este día. Sin embargo se requiere una mayor articulación entre todas estas iniciativas así como una mayor difusión y sensibilización de la población para una mayor consciencia sobre el uso del automóvil y su impacto en nuestra calidad de vida.
El primer Día Sin Auto en Lima fue organizado en el marco del proyecto Zoom con un ciclopaseo y se realiza la primera marcha Ciclonudista (en la cual participaron 15 personas) a raíz de la inseguridad vial en la capital.
Una mirada rápida a los impactos ambientales del transporte motorizado[2]
- Consumo de energía, el transporte motorizado consume a nivel mundial 48% de la demanda total de petróleo y se estima que en 2020 puede llegar a ser el 77%[3].
- Contaminación del aire, en Lima de acuerdo a la Dirección General de Medio Ambiente del Ministerio de Transporte, Comunicaciones, Vivienda y Construcción, el 80% del aire contaminado es generado por el parque automotor.
- Generación de residuos, como automóviles viejos, aceites, lubricantes, neumáticos y otros, producen impactos ambientales de larga duración.
- Ocupación del suelo, los sistemas de transporte requieren una gran cantidad de suelo en espacios que podrían ser dedicados a otros usos.
- Contaminación acústica, que es uno de los factores más importantes del deterioro de la calidad ambiental urbana. El tráfico es la principal causa de contaminación sonora en países industrializados, produciendo el 80% del ruido ambiental en las zonas urbanas.
- Intrusión visual y degradación paisajística, por los propios autos pero también de las infraestructuras necesarias para su uso.
¿De qué hablamos cuando hablamos de movilidad sostenible?
El concepto de movilidad consiste básicamente en priorizar a las personas antes que a los automóviles, fomentando en la vida urbana un transporte público eficiente que permita a los habitantes una mejor calidad de vida, la posibilidad de caminar, disfrutar de los espacios públicos y otras actividades que aseguren la sostenibilidad de las ciudades en el tiempo[4].
Las políticas de nuestro país en los últimos años están siendo orientadas a la movilidad sostenible, aquí algunos hitos importantes:
- El Programa Municipal CICLODÍA se inició en el año 2011 y continua congregando a más ciclistas, peatones y deportistas cada domingo.
- En el año 2012 se crea el Programa “San Borja en Bici”, el primer sistema de bicicletas públicas del país.
- La ciudad de Trujillo, cuenta con un Plan de Movilidad Urbana Sostenible desde el año 2013.
- Elaboración del Plan de Acción de Transporte No Motorizado 2015-2018 en el año 2015.
En 1992 se inaugura la ciclovía de la Avenida Arequipa a cargo de la Municipalidad Metropolitana de Lima con un recorrido de 6 Km desde el Centro de Lima hasta Miraflores. Fuente: Mobilis.
[1] Fuente: Wikipedia.
[2] Ribeiro, et al., 2000. Visto en Juan Carlos Dextre y Paul Avellaneda, 2014. Movilidad en Zonas Urbanas.
[3] Ribeiro, et al., 2000. Visto en Juan Carlos Dextre y Paul Avellaneda, 2014. Movilidad en Zonas Urbanas.
[4] Fuente: Juan Carlos Dextre y Paul Avellaneda, 2014. Movilidad en Zonas Urbanas.
Leer MásNo se ve pero nos afecta, el impacto de las edificaciones en nuestra calidad de vida
Los que vivimos en grandes ciudades, debemos enfrentarnos día a día con calles congestionadas, tráfico, aire contaminado y altos niveles de ruido. Llegar a la oficina cada día o a nuestras casas hace que sintamos inmediatamente una sensación de alivio pues percibimos estos espacios como pequeñas islas de tranquilidad en medio de la agitada vida en las calles. Sin embargo, pocos de nosotros nos hemos preguntado si estas “islas de tranquilidad” podrían estar afectando también nuestro desempeño, nuestro estado de ánimo e incluso nuestra salud.
Pasamos gran parte de nuestras vidas dentro de construcciones y estas, aunque no lo parezca, pueden influir en nuestra calidad de vida dependiendo de cómo hayan sido construidas y diseñadas. Pinturas y disolventes con bajo contenido de VOC[1], sistemas de ventilación y circulación del aire, mecanismos para controlar el ingreso de contaminantes al interior del edificio, sistemas de monitoreo de confort térmico, diseño interior para promover una correcta entrada de luz del exterior y existencia de conexión visual con el exterior, son sólo algunos de los aspectos que hacen que nuestra estadía en una construcción sea más placentera. Los beneficios que se obtienen al ocupar una construcción eco-eficiente van más allá de lo que uno se puede imaginar. Algunos de ellos son la disminución de los niveles de estrés, el incremento de nuestro nivel de confort y de nuestra productividad.
Una de las formas de fomentar la sustentabilidad de las construcciones y de fomentar la creación de espacios saludables para sus ocupantes es la certificación LEED[2], la cual se aplica en todo tipo de edificaciones: construcciones, interiores comerciales, edificaciones existentes, viviendas, hospitales, universidades, entre otros.
¿Qué es la certificación LEED?
La certificación LEED fue desarrollada hace más de 15 años por el U.S.G.B.C (Consejo de la Construcción Sustentable de los Estados Unidos por sus siglas en inglés). Es la certificación internacional para edificios sustentables más reconocida a nivel mundial que puede ser utilizada para construcciones de todo tipo y tamaño. Se compone de un conjunto de normas sobre la utilización de estrategias encaminadas a la sostenibilidad en edificios de todo tipo.
Beneficios de una construcción sustentable
Así como para los ocupantes de una edificación existen beneficios, para las empresas, esta certificación contribuye a una optimización de los costos ya que se pueden lograr ahorros entre 15% a 30% en el consumo de electricidad, de 20% a 40% en consumo de agua y 10% a 30% en costos operativos (al usar usar sistemas de sensores eléctricos, equipos eficientes de aire acondicionado, automatización de equipos de riego de jardines, aumento de la cantidad de luz natural recibida etc.). Adicionalmente la empresa logra un mayor rendimiento de su personal y se disminuye la rotación y la ausencia laboral.
“Contar con esta certificación ha cambiado radicalmente la manera de ver a la universidad. Gracias a la certificación LEED, ahora tenemos más espacios verdes donde podemos descansar y recrearnos y eso, obviamente, mejora el humor y el estrés que puedas tener en la universidad, sobre todo en la época de exámenes” Karina Aspajo Vise, estudiante de la Facultad de Diseño de interiores de la Universidad San Ignacio del Loyola.
La certificación LEED favorece a una gran variedad de edificaciones, no solo por su prestigio, sino por las acciones que se realizan al momento de construir o modificar el proyecto ya que se toman en cuenta varios aspectos relacionados al control de la contaminación en las operaciones propias de la construcción, la eficiencia hídrica y energética, el control de los sistemas energéticos y de calidad del aire interior, el uso de energías limpias, el uso de materiales locales y reciclados, así como innovación en el diseño en la que por ejemplo, se promueva el uso del transporte sostenible. Existen tres grupos de beneficios de tener una certificación LEED:
- Sociales: al mejorar la comodidad y salud de los ocupantes así como su desempeño, creando comunidades sostenibles.
- Ambientales: al disminuir la contaminación durante la etapa de construcción y al lograr un mejor desempeño ambiental durante la etapa de operación.
- Económicos: dependiendo de la magnitud del edificio se ha llegado a obtener ahorros valorizados entre USD$70,000 a USD$200,000 anuales.
Existen empresas como SUMAC[3], especializadas en brindar asesoría sobre las certificación LEED, que asesora proyectos de construcción que buscan ser eficientes y confortables tanto interna como externamente, logrando un cambio transversal en el movimiento de la construcción verde para elevar el bienestar de sus ocupantes.
En el Perú, cada vez más construcciones optan por la certificación LEED. Actualmente existen 11 edificaciones certificadas y más de 100 proyectos en proceso de certificación, añadido a esto, en el año 2014 se firmó un convenio entre diversas entidades para elaborar un Código Técnico de Construcción Sustentable, que sea complementario a las normas actuales de construcción. Con esto, nuestro país- en especial el sector de la construcción- se alineará de mejor manera a los estándares de calidad en lo que compete a las edificaciones sustentables.
Todo lo mencionado, no es solo más que una pequeña muestra de lo que puede ofrecer una construcción sustentable. El crecimiento de proyectos de construcción sostenible en nuestro país mejorará la calidad de vida de las personas y tendrá un menor impacto sobre el medio ambiente.
[1] Los VOC – Volatil Organic Compounds por sus siglas en inglés o Componentes Orgánicos Volátiles, son sustancias químicas que se convierten fácilmente en vapores o gases.
[2] Leadership in Energy and Environmental Design, es la certificación internacional para construcciones sustentables más reconocida a nivel mundial.
[3] SUMAC viene trabajando en el mercado LEED desde hace 12 años aproximadamente. Tiene más de 3,000,000 m2 de construcción en proceso de certificación LEED. Adicionalmente se encuentra asesorando a más de 60% de los procesos que buscan la certificación LEED en Perú y Ecuador.
Leer MásLas traperas – mucho gusto, poco gasto y la conciencia limpia
La industria textil tiene una contribución importante en la emisión de gases de efecto invernadero y en la contaminación ambiental. Esta industria requiere grandes cantidades de agua y energía así como el uso de productos químicos para procesar las prendas que compramos. Además, el incremento en la producción de insumos como el algodón, hace que se requieran cada vez más tierras para su cultivo lo cual conlleva a la reducción de áreas naturales, muchas de ellas áreas boscosas. Considerando que las prendas que usamos no necesariamente son producidas y consumidas localmente, la cantidad de energía que se utiliza en su transporte es significativa también.
Vestirnos es una necesidad humana básica, sin embargo los tiempos modernos hacen que compremos más ropa de la que realmente necesitamos. Algunas de las prendas que llegan a nuestras manos, ya sea porque las compramos o nos las regalan, quedan en un rincón de nuestro armario, sin ser utilizadas jamás. Esto porque pasaron de moda, porque nos dimos cuenta que no es nuestro estilo, porque subimos o bajamos de peso o porque no encontramos con que combinarlas. Sin embargo, estas prendas que no utilizamos pueden interesarle a alguien más y con esto evitamos que vayan a la basura o mejor dicho a un botadero. Y es bajo esta filosofía que nace el emprendimiento de ¨Las Traperas¨ liderado por Paola Pioltelli.
¨Porque lo que no te queda a ti, me queda a mí¨
Los inicios
Ganadores de los premios Wayra y Start up Perú, la tienda de segunda mano de ¨Las Traperas¨ nace de una reunión de amigas que deciden hacer un trueque de ropa, crean una página de Facebook y sin querer descubren un pequeño nicho de mercado no cubierto en ese entonces en Lima, había una demanda.
“Luego de abrir el sitio en Facebook, el resultado nos sorprendió: 500 personas en mi oficina y el teléfono no paraba de sonar. No estábamos muy organizadas, lo bacán fue darnos cuenta que había una demanda. A raíz de eso hemos ido creciendo sin querer al principio y después queriendo un poquito. Mis dos socias se retiraron, un nuevo socio entró y ahora Las Traperas recibe unas 25 000 personas al año en nuestra tienda en Barranco”.
Sin saber mucho de negocios, Paola nos comenta que junto a sus dos amigas – en ese entonces socias – se lanzaron a la aventura. Empezaron en 2011 con un intercambio de prendas a puerta cerrada y luego de mucho batallar, hoy tienen una tienda en Barranco y una tienda online www.lastraperas.com
El feeling detrás del negocio
Las empresas por lo general tratan primero de ser rentables y luego tratan de “verdearse” por un tema de imagen, de responsabilidad social o ambas. En cambio nosotras empezamos por ser ¨verdes¨, teníamos detrás el interés de aportar a un problema social haciendo lo que nos gusta y por crear una marca que trabaja con coherencia.
“Es bien fácil no ser coherente. Por ejemplo ahora que estamos remodelando la tienda, lo fácil sería ir a comprar una jaba y hacer una lámpara; lo difícil es buscarse jabas usadas y reciclarlas. Además intentamos que no se bote nada, es un chambón”.
El negocio
En nuestro país existe un fuerte estigma con la ropa de segunda mano, creo que está relacionado al racismo. Hay gente que se pregunta ¿quién lo habrá usado? Yo me pregunto: ¿quién podría haberlo usado para que no te lo puedas poner?, es un tema cultural, nos comenta Paola. ¨Además también existe un prejuicio sobre vender tu ropa, todavía hay personas que no quieren que se sepa su identidad ya que te registras con un código con tu apellido; pero, en ese sentido el Perú está cambiando¨.
“Ayuda que en Lima actualmente viven muchos extranjeros, que hay una clase media menos prejuiciosa, que existe gente que ha viajado y que han visto cosas así en otros países por lo cual Las Traperas ya no es algo totalmente extraño. Y lo otro es que las nuevas generaciones son más verdes, algunos se animan por lo verde, otros por lo vintage, otros por ahorrar y otros porque es un estilo de vida, pero el impacto positivo se tiene. La experiencia de compra tiene mucho que ver y hacemos que la experiencia de compra sea “cool” en todo sentido.”
“El mayor trabajo ha sido en educar a la gente ya que no todo vale lo que uno quiere, el valor no está en la prenda que se tiene si no en saberla vender. La experiencia nos ha ido dando conocimiento sobre que es lo que se vende y a que precio y que es lo que no se vende. Nuestra ventaja es que somos poco estructurados y podemos adaptarnos rápidamente.”
Lo que tenemos ahora es una comunidad, tenemos coherencia y un negocio que se puede mantener solo, tenemos una marca.
Nuevos retos
Paola nos cuenta que este año planean consolidar y esperan tener un buen empuje luego de haber ganado “Startup Perú”. En su tienda remodelada, han comenzado a restaurar muebles y objetos. Además se han tomado los patios, donde hay opciones de comidas y bebidas coherentes con el proyecto y donde lo que está en el patio es reciclado y está en venta: las sillas, los muebles, etc.
Adicionalmente han empezado un pequeño proyecto en España. La siguiente apuesta será empezar con ropa de hombres y de bebes. “Es una pena que los bebes crezcan tan rápido y muchas veces no lleguen a usar toda la ropa y juguetes que les regalaron”, nos comenta Paola.
En los 4.5 años de Las Traperas se han intercambiado 15 000 items lo cual equivale a dejar de emitir 7 toneladas de CO2, 7 millones de galones de agua no utilizados, 7 toneladas de fertilizantes no utilizados y 5 toneladas de pesticidas no utilizados.
Puedes visitar a Las Traperas en Jirón Colina 108- Barranco, Lima.
Leer MásDe la sartén a la ducha: jabón hecho de aceite usado
Se hace la ¨magia¨ en el Taller Bawi
El problema
Quizás no hemos reparado en una costumbre doméstica cotidiana que puede tener un gran impacto ambiental: el verter el aceite de cocina usado por el lavadero. Y no es un tema de poca importancia si consideramos que el consumo de aceite percapita en el Perú está en el orden de 6.5 litros al año o 500 ml al mes[1]. Una buena parte de los más de 170 millones de litros que consumiríamos al año en el Perú termina siendo vertido al mar a través de los lavaderos de las casas ya que no contamos con un sistema eficiente de tratamiento de aguas residuales domésticas. En el Perú existen escasas plantas de tratamiento, solo 5 ciudades del país cuentan con plantas de tratamiento de aguas residuales[2] y si a eso le agregamos que es difícil y costoso disolver los aceites, podemos darnos cuenta que esa simple acción está causando además de un problema ambiental, un alto costo para el Estado y finalmente para nosotros mismos ya que el aceite se pega en la cañerías, generando obstrucciones que tarde o temprano debemos reparar.
Algunas personas que ya visualizaron el problema, optan por colectar el aceite usado en una botella, a veces congelarlo (o no) y tirarlo a la basura. Sin embargo, esto tampoco soluciona el problema del todo ya que lo más probable es que esta botella con aceite termine en un botadero o en el mejor de los casos en un relleno sanitario lo cual también tiene un impacto ambiental elevado.
La solución
A nivel doméstico la producción de aceite usado es muy baja como para que se justifique el costo de un recojo municipal o privado. ¿Entonces qué podemos hacer? Taller Bawi nos da 2 opciones: preparar jabón para tu uso diario o llevarlo a su taller que funciona como punto de acopio. El objetivo del Taller Bawi es prevenir y reducir la contaminación de las aguas residuales domésticas a través de prácticas sustentables aplicables en la comunidad en general.A través del proceso químico de la saponificación, explicado de manera sencilla, Taller Bawi hace la magia de transformar un residuo contaminante de cocina en un objeto para el aseo personal. Y lo mejor de todo es que el resultado de este proceso es un jabón 100% natural y biodegradable. En sus talleres y charlas, no solo enseñan a hacer estos riquísimos jabones si no que explican la problemática de la contaminación del agua por un residuo doméstico que nosotros mismos producimos: el aceite usado.
El ¨upcycling¨ también conocido como supra-reciclaje es el proceso de transformación de un residuo en otro de mayor valor que pueda ser de utilidad. Taller Bawi hace upcycling de aceite usado y lo convierte en jabones naturales.
Para los que no se animan aún a hacer sus propios jabones, Taller Bawi ofrece su taller como un centro de acopio al cual uno puede llevar su aceite que será transformado en jabón y así evitará contaminar el medio ambiente. Además se puede apoyar a este innovador proyecto comprando los jabones que tienen en venta.
Y el jabón ¿tiene buen olor?
Podríamos pensar que el aceite luego de usarse deja un desagradable olor y seguramente a nadie le provoca bañarse con un jabón que huela a pescado o a papas fritas ¿no? Pues si este es el temor, hay que olvidarse de eso pues el jabón resultante tiene un olor delicioso gracias a las fragancias naturales que se usan en su preparación. Eso sí, se recomienda no usar el aceite muchas veces antes de que sea convertido en jabón, después de todo tampoco es saludable hacerlo.
Un litro de aceite puede contaminar 1000 litros de agua. Cada jabón Bawi que compras evita contaminar 100 litros de agua.
[1] Fuente: INEI – Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares 2008-2009[2] Fuente: www.radio.rpp.com.pe
Leer MásDía mundial del reciclaje
Una oportunidad para reflexionar sobre nuestra tarea pendiente con el medio ambiente
El 17 de mayo se celebra en muchos países del mundo el día del reciclaje. Es un día en el que se busca llamar la atención sobre la importancia de esta actividad y la contribución que podemos hacer todos los ciudadanos para reducir nuestro impacto ambiental.
Entendiendo el problema de los residuos sólidos
Toda transformación o utilización de bienes genera, entre otros, residuos sólidos, a los que comúnmente llamamos basura. El modo de vida moderno en las ciudades nos facilita, cada vez más, el acceso a diversos productos que contienen empaques que al final del día los descartamos. Sin embargo la historia no termina en nuestro basurero, digamos que en ese momento recién empieza.
Un peruano promedio genera unos 222 Kg de residuos por año, es decir que en 5 años genera 1.1 toneladas[1]En el Perú, en el año 2011 se produjeron 7,2 millones de toneladas de residuos sólidos en ámbitos urbanos de los cuales se dispusieron adecuadamente de 4.1 toneladas, es decir el 57%[2]. Lo que no es gestionado se quedó contaminando algún lugar: las calles, las playas, los ríos y otros ambientes naturales. Esta inadecuada gestión de los residuos se debe a que no contamos con suficiente infraestructura para la adecuada disposición de los residuos sólidos, tenemos sistemas de recolección y transporte de residuos insuficientes y muchos municipios que no están haciendo bien su tarea.
El Perú cuenta sólo con 9 rellenos sanitarios (4 en Lima, 2 en Junín, 1 en Ancash, 1 en Cajamarca y 1 en Loreto). Las otras regiones descartan sus residuos en botaderos formales e informales. Lima alberga al 30% de la población, motivo por el cual se generan una gran cantidad de residuos sólidos en comparación con otras ciudades del país.
Si los residuos no son gestionados adecuadamente, generan un impacto en el ambiente y en la salud de las personas. En general los residuos sólidos poseen altas cargas patógenas y constituyen medios adecuados para la proliferación de agentes vectores de enfermedades de alto riesgo para la salud humana, así como para el ambiente. La peligrosidad de los residuos varía de acuerdo al grado de toxicidad o al potencial contaminante de sus componentes, contribuyendo a ello también las condiciones atmosféricas de disposición (humedad y temperatura)[3]. Algo importante a tomar en cuenta es que la contaminación del aire, agua y suelo afecta en mayor medida a los sectores más pobres de la población y tienen un alto costo económico para el país.
El problema de los residuos sólidos no es un problema que solo se da en el Perú. Los patrones de consumo en las sociedades modernas que muchas veces se basan en el consumismo, hacen que produzcamos cada vez más y más residuos todos los años convirtiéndose en un problema global que afecta la salud de la población y de los ecosistemas.
Entendiendo el reciclaje
El reciclaje es un proceso por el cual algunos de los residuos producto de las actividades humanas reingresan al ciclo productivo. Mucha de la “basura” que descartamos día a día contiene materiales que pueden reutilizarse a través del reciclaje.
Al reciclar, aportamos en la reducción de la contaminación ambiental ya que disminuimos el uso de recursos (materias primas, agua y energía), reducimos el volumen de residuos que van a los rellenos sanitarios o botaderos, reducimos los costos de recolección y reducimos las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Es importante también conocer el upcycling o supra-reciclaje, que es la transformación de productos que normalmente irían a la basura en otros objetos de mayor valor, un concepto que busca estimular la idea de la reutilización.
En nuestro país, cada vez hay más empresas que se dedican al reciclaje y al supra-reciclaje el cual genera ingresos económicos a traves de la creación de puestos de trabajo.
El paso previo al reciclaje y muy importante – la segregación
La segregación o separación de los residuos es el paso previo al reciclaje. El reciclaje se puede dar sólo si el material se separa adecuadamente para evitar su contaminación. Por ejemplo, si el papel se mezcla con restos orgánicos, se contamina y ya no puede reciclarse.
Es inadecuado considerar que la responsabilidad de la gestión de los residuos sólidos es únicamente municipal. Productores, consumidores y el Estado, en sus tres niveles de gobierno, compartimos responsabilidades[4]. En este sentido nuestra tarea como ciudadanos es segregar correctamente los residuos para facilitar el reciclaje ya que así facilitamos la labor de las personas que trabajan con estos residuos y reducimos su riesgo de contraer enfermedades.
Manos a la obra – ¿Qué se puede reciclar?
En el Perú, cada vez son más los materiales que pueden entrar al ciclo del reciclaje y cada vez son más las ciudades en las que se inician procesos de reciclaje. Algunos de los materiales de uso doméstico que se pueden reciclar y que cuentan con estaciones de reciclaje en muchos puntos del país son:
- Papel, cartón y sus derivados
- Tetra pack
- Vidrio
- Plásticos
- Metales
- Aparatos eléctricos y electrónicos
- Cartuchos de impresión
- Baterías
Otros materiales, son muy peligrosos y no deben ser tirados a la basura común como las pilas y los fluorescentes y componentes que contengan mercurio. Es mejor guardarlos mientras se implementen centros para el acopio y disposición.
Las bolsas plásticas de todo tipo, aún no cuentan con la tecnología en nuestro país para ser recicladas por lo cual es mejor evitar o reducir su consumo.
Finalmente una opción, antes de desechar cosas que ya no te sirven pero que pueden servir a otros, es la de donarlos a alguien que los necesite. Recuerda que “la basura de unos puede ser el tesoro de otros”
[1] Elaboración propia en base a información del Informe Nacional de Residuos Sólidos Municipales y No Municipales 2010-2011
[2] MINAM. 2012. Informe Nacional de Residuos Sólidos Municipales y No Municipales.
[3] Defensoría del Pueblo. 2007. Pongamos la basura en su lugar. Propuestas para la Gestión de Residuos Sólidos Municipales
[4] Defensoría del Pueblo. 2007. Pongamos la basura en su lugar. Propuestas para la Gestión de Residuos Sólidos Municipales
Que siempre sea la “hora del planeta”
Este sábado 29 de marzo entre 8:30-9:30pm será el octavo año en que se lleva a cabo el evento mundial: la “Hora del Planeta”organizado por WWF (World Wildlife Fund). Es el sexto año en el que participa el Perú. Cuando recién inicio, en 2007, un total de 2,2 millones de personas en la ciudad de Sydney (Australia) apagaron sus luces como un llamado a la acción frente al cambio climático. El primer año en el que participó el Perú, un total de 8 millones de peruanos se sumaron a la campaña convirtiéndose en un líder global.
¿En que consiste la hora del planeta?
Este movimiento ambiental busca demostrar que cada persona en el mundo puede hacer la diferencia y aportar a la lucha frente al cambio climático. El compromiso, al igual que todos los años, es que durante una hora (8:30 a 9:30pm) se apaguen todas las luces de donde vives o trabajas y se desconecten todos los aparatos electrónicos para reducir el consumo energético.
“Es uno de los movimientos sociales más grandes jamás vistos por la humanidad”. (Desmond Tutu, Premio Nobel de La Paz)[1]
La Hora del Planeta, más allá de la hora
WWF indica que quiere llevar La Hora del Planeta, más allá de la hora generando cambios y compromisos a largo plazo. Ya no es suficiente apagar las luces tan sólo 1 hora 1 vez al año, y es por eso que ha sido para ellos muy importante contar con el apoyo tanto de instituciones públicas como privadas.
¿Qué vas a hacer para ayudar al planeta?
Entonces, que te parece si no solo este sábado 23 apagamos las luces por 1 hora, sino que buscamos reducir nuestro consumo diario de energía y de agua, así como nuestras emisiones de CO2, con acciones tan simples como:
- Desenchufar los equipos electrónicos en desuso.
- Apagar las luces cuando salgamos de un cuarto.
- Cerrar los caños mientras no los usemos.
- Tomar duchas en 5 minutos o menos (o en el tiempo que dura tu canción favorita).
- Compartir auto para ir al colegio, universidad o trabajo.
- Usar focos y aparatos ahorradores.
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[1] Fuente: WWF
Agua que no has de beber, no la dejes correr
Por iniciativa de las Naciones Unidas cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, con el cual se busca llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y la defensa de la gestión sostenible de este importante recurso. Cada año se destaca un aspecto particular relacionado con el agua, para este año 2013 el tema es “cooperación en la esfera del agua”. La cooperación es un factor fundamental para la conservación del agua, la protección al medio ambiente y la lucha contra la pobreza.
El problema
Si se considera toda el agua presente en el planeta, las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra están cubiertas por agua, de esto cerca del 97.5% se encuentra en los océanos y el 2.5% restante se distribuye entre los glaciares, los casquetes polares, el suelo, el almacenamiento subterráneo, la atmósfera, ríos y lagos.
La cantidad de agua que existe en el planeta es invariable, mientras que la demanda y la contaminación de la misma se incrementan creando una tendencia progresiva hacia la escasez. La disponibilidad de agua dulce per cápita se ha ido reduciendo a lo largo del tiempo, así por ejemplo en la década de los 70 la disponibilidad era 9000 m3/hab/año mientras que en 2010 fue de 8000 m3/hab/año y las proyecciones para el 2050 estiman unos 6000 m3/hab/año[1].
Al 2020, alrededor de 40 millones de personas podrían estar en riesgo de oferta de agua para consumo humano, hidroenergía y agricultura, cifra que podría elevarse hasta 50 millones de personas en el año 2050 debido a la desglaciación de los andes. Las ciudades de Quito, Lima y La Paz serán probablemente las más afectadas en la región andina.
Mientras que en muchos ambientes naturales se puede encontrar libremente, existen zonas rurales y urbanas donde el agua potable es más difícil de conseguir.
Razones para cuidar el agua
A medida que aumenta la población, mayor es la necesidad de agua. Lima, la ciudad más poblada del Perú alberga al 30.8% de la población total del país, esto es 8 445 211 personas (INEI, 2007) e irónicamente es la segunda ciudad más grande construida en un desierto, después de El Cairo (Egipto). Se estima que para el 2020 Lima pasará los 10 millones de habitantes.
En Lima Metropolitana, el 75% del consumo de agua dulce está destinado al uso doméstico, el 11% al consumo comercial y el 3% al industrial.
Una de las causas de la escasez de agua es el derroche de la misma. Cada limeño por ejemplo consume alrededor de 251 litros de agua al día, el doble de lo que se consume en Suiza o Francia[2].
El consumo ético es aquel que se ejerce teniendo en cuenta las opciones más justas, solidarias o ecológicas y no sólo en función del beneficio personal.
En el Perú en el año 2011, el 76,2% de los hogares se abastecían de agua para consumo humano proveniente del sistema de conexión a la red pública (dentro y fuera de la vivienda), y pilón de uso público. Sin embargo, aún existe un 23,8% de los hogares que consumen agua proveniente de camión cisterna, pozo, agua de río u otra forma.
El 65% del consumo doméstico se da en el baño seguido del 20% en la lavadora.
La demanda de agua para el uso poblacional es creciente en el Perú. El caso de Lima es preocupante, pues la demanda llega a 30,8 m3/s, mientras que su capacidad de producción es sólo de 20,7m3/s. Esto genera un déficit permanente, crítico en verano, principalmente. Fuente: Lima como vamos 2010.
¿Qué tan significativo puede ser el ahorro individual?
Cuando pensamos en ahorro de agua muchas veces pensamos en el agua que usamos para nuestra higiene personal, la cocción de nuestros alimentos o la limpieza de nuestras casas, es decir para nuestro consumo doméstico. Sin embargo pocas veces pensamos en el volumen de agua usado para producir los bienes y servicios que consumimos, es decir nuestra huella hídrica. Entonces no solo pensemos en nuestro consumo directo de este vital recurso sino también en nuestro consumo indirecto.
Se necesitan unos 2400 litros de agua para producir una camiseta de algodón, 5000 litros de agua para producir 1 kg de queso y 340 litros de agua para producir una taza de café [3].
Bienes como los alimentos, ropa, artículos de limpieza y de aseo personal, autos, aparatos electrónicos y otros que usamos diariamente requieren de agua para su producción. Así mismo los servicios educativos, financieros, hospitalarios, recreativos u otros también requieren del consumo de agua. Es decir que no solo tenemos un impacto en nuestro consumo directo de agua, es decir la que sale por el caño, sino también sobre la que consumimos indirectamente al comprar por ejemplo una taza de café o un par de zapatos.
Ahora podemos hacernos nuevamente la pregunta, ¿qué tan significativo puede ser el ahorro individual? Quizás la respuesta nos lleve a la reflexión: agua que no has de beber, no la dejes correr.
Comprometiéndonos con el futuro
El futuro del agua depende de nuestras acciones individuales ya sea al reducir nuestro consumo doméstico, en la oficina, en nuestro centro de estudios pero también evitando las compras de productos innecesarios, o reducir el consumo que conocemos requieren de una mayor cantidad de agua para su producción.
A continuación algunos consejos para ser más eficientes en nuestro consumo de agua:
- Toma duchas cortas y cierre la llave cuando no la estés usando.
- Si no tienes un inodoro ahorrador, prueba con meter una botella de 1 o 1.5 litros llena de agua en el tanque.
- Si estás pensando en comprar un inodoro nuevo, prefiere uno ahorrador o uno de doble descarga.
- Si vas a cambiar de grifería prefiere la más eficiente.
- Instala dispositivos ahorradores como reductores de caudal, difusores o aireadores.
- Si tienes lavadora y esta no es de carga regulable, utilízala siempre llena.
- Consume lo necesario, diferencia entre lo que le hace falta y lo que te impone la moda.
- Prefiere productos y/o servicios eco-eficientes.
- Si tienes jardín o macetas, riega de noche cuando la temperatura baje así evita pérdida de agua por evaporación.
- Cuéntale a alguien lo que sabes, promueve el ahorro de agua en su entorno cercano.
[1] Comunidad Andina – Secretaría General. 2010. El agua de los andes, un recurso clave para el desarrollo e integración de la Región
[2] Perú 21, 22 de marzo de 2012.
[3] Comunidad Andina – Secretaría General. 2010. El agua de los andes, un recurso clave para el desarrollo e integración de la Región.
[4] FAO. 2008. AQUASTAT. http://www.fao.org/nr/water/aquastat/main/indexesp.stm